
Se siente insegura, no sabe qué hacer. Mira a su alrededor y se siente sola, sola entre la gente. No quiere resaltar, no quiere hacerse notar, que sepan que está ahí. Cree que es transparente y aunque se engaña y dice que es lo que ella quiere no es verdad. Necesita saber que alguien la echa de menos cuando sale de la sala, que alquien la quiere por ser como es. Viste corriente, no es conocida ni mucho menos.¿ Amigos ? No. Más bien conocidos. Ella se traga los problemas de sus 'amigas' y no pide nada a cambio.. nisiquiera consuelo.
Nadie sospecha que debajo de esa máscara de niña buena se esconde una montaña de problemas que ahogan su sonrisa impidiendo mostrarla. Cierra los ojos y respira hondo, no quiere que le miren de otra forma. Quiere seguir siendo así, anónima en un mundo donde nadie sabe que existe.
Pasa el tiempo y ya no puede más; tiene que soltar todo lo que tiene dentro. Se suelta la melena y viste de otra manera; se ríe, llora, se muestra como es... una chica feliz aunque con muchos problemas. Es fuerte y responsable y sigue adelante. Por una vez, olvida sus problemas y se siente feliz.
Su felicidad duró poco pues llegó el momento de volver a casa. Pasó por el baño público y se cambió de ropa. Se puso la ropa que le había comprado su madre y el pañuelo sobre la cabeza. No se le reconocía, volvía a ser una chica casi sin identidad.
Su familia estaba arruinada. Trece hermanos sin nada que comer. Lilith se acicala como para salir a dar una vuelta. Sale de su casa y va a la casa de al lado. Allí vende su cuerpo; el único sueldo de su casa. No puede contener sus lágrimas pues es su continua rutina, tiene que ser así. Pasa por manos de hombres de los que no sabe ni su nombre, hombres que no tienen pudor ni conciencia pues se acuestan con ella sin más.
Con lágrimas en los ojos vuelve, en su casa un silencio sepulcral. Toda su familia sabe el sacrificio que tiene que hacer Lilith pero nadie se lo agradece. Luego, sin piedad ninguna, su padre comienza a maltratar a su madre y Lilith allí observando, sin saber cómo actuar. Su vida se limita a esto, violencia y silencio. No cuentan nada a nadie por miedo al que dirán, por miedo a la gente, a no ser escuchados.
Esta es la vida de Lilith y como ella, miles y miles de mujeres más. Sufren cada día sin que nadie se acuerde de ellas. Luchan como pueden y subsisten con lo mínimo. Esta es la parte oscura de nuestra injusta sociedad.
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